viernes, abril 28, 2017

Propuesta para un Territorio Integrado: 'Ciudad Territorial Chinchaycocha' en Pasco



El presente estudio ha sido elaborado como parte del perfil de inversión pública para una escuela de nivel inicial en el centro poblado de Huayllay en el departamento de Pasco, Perú, el cual en una primera instancia y sin entrar en el detalle del proyecto arquitectónico, analizó el territorio en el que se ubicará la futura escuela.

Antes de indagar en las respuestas a las preguntas sobre ¿En que consiste dicho territorio? Y ¿cómo funciona y cual es su relación con sus ciudades y habitantes?, me ha sido necesario acotar el alcance sobre el cual quisiera enmarcar la noción de territorio y sus relaciones a escala mayor. Neil Brenner, utiliza el concepto de “operational landscape” para describir los espacios no urbanizados - que producto de la urbanización capitalista - se han transformado en zonas de gran intensidad con presencia de infraestructuras de gran escala, estando profundamente entrelazados a los procesos de urbanización de las grandes aglomeraciones urbanas. En otras palabras, los territorios “escasamente” urbanizados son operacionales a los procesos de construcción de las grandes ciudades. En el caso del territorio en cuestión, su intensa explotación minera favorece principalmente a la ciudad de Lima, desde la cual se administran y concentra la capitalización de dichos recursos.

Dentro de este marco, se puede considerar que los territorios alto andinos como lo son las regiones de Pasco y Junín son parte de esta lógica operacional en la cual Lima - y otras ciudades - se ven beneficiadas de la explotación de los territorios en desmedro de estos. El historial de conflicto entre las comunidades locales y la capital de Perú parece indicar que esto efectivamente es así. Es por ello que el presente estudio busca generar una visión territorial alternativa al desarrollo que se ha venido implementando históricamente en esta región. Un nueva visión en la cual el territorio sea entendido como un medio de desarrollo no solo para la gran industria minera sino que también para las comunidades que habitan en él.

Punto de Partida: El Conflicto

La ciudad minera de Cerro de Pasco ubicada a 220 kilómetros al noreste de Lima se encuentra en un conflicto medioambiental que ha llevado a evaluar en varias ocasiones la reubicación de la ciudad. Debido a esto, en el año 2008 fue promulgada la ley Nº 29293 en la que “se declara de necesidad pública e interés nacional la implementación de medidas para lograr el desarrollo urbano sostenible concertado y la reubicación de la ciudad de Cerro de Pasco”. Esta ley dio paso a la conformación de una comisión que se encuentra evaluando tres alternativas para la reubicación de la ciudad: Villa Pasco (a 12 km de la actual ubicación), Vicco (a 20 km) y Ninacaca (a 30 km). La presión por desplazar la ciudad se ha vuelto aún más fuerte debido a la existencia de planes para la ampliación del tajo de la mina (la cual se encuentra al tope de su capacidad productiva) sobre los terrenos que ocupa actualmente la ciudad.

La situación medioambiental de Cerro de Pasco es crítica. El área urbana se encuentra al borde del tajo de la mina desde el cual se generan los contaminantes que se expanden directamente sobre la población, (se estima que 9 de cada 10 niños menores de 12 años presentan altos índices de plomo en la sangre [1]). Por otro lado, otras zonas del territorio no se encuentran exentas de los efectos de la explotación minera. Importantes áreas presentan altos índices de contaminación tanto del aire como de la tierra y el agua. Existen actualmente sobre el territorio 24 pasivos ambientales [2] en estado inactivo, muchos de ellos próximos a ríos y otros afluentes, generando una alta contaminación con metales pesados principalmente en el sector norte del humedal Chinchaycocha. Todo esto ha provocando perdidas en la calidad de los suelos agrícolas y ha puesto en peligro la supervivencia de varias espacies (algunas endémicas) que habitan en él.

La reubicación de la ciudad de Cerro de Pasco significaría mover alrededor de 65.000 personas y todos los equipamientos e infraestructura urbana que ello implica. Podría ser esta una oportunidad inigualable para pensar el territorio en su conjunto. Una oportunidad para pensar en un desarrollo integral en términos económicos, sociales y medioambientales.

 (*) Pueden seguir el artículo completo de Gabriel Vergara, publicado en ArchDaily.