jueves, diciembre 11, 2008

Siento que mi pueblo, Cerro de Pasco, es una tumba... (César Pérez Arauco)



"Mi abuelo paterno me recogió y me llevó a vivir a su casa. Me dio un lugarcito. Yo lo adecué para que fuera mi lugar. Ahí tenía mis cosas: Flash Gordon, el de mi tiempo. Yo me llevaba tubos y cosas y me iba a otros planetas. En sexto de primaria gané un concurso de poesía para el Día de la Madre. Ella había muerto hacía poco y escribí mis sentimientos. Y resultó que les gané a todos los mangansones de quinto de media. Y me regalaron El Tesoro de la Juventud. Una joya. Yo leía mucho, de todo", recuerda.

¿Por qué vive en Lima ahora?
A cierta edad, uno no puede seguir allá. Los 4,388 metros producen problemas para dormir, dolor de cabeza, la sangre se espesa... Es el mal de altura.

¿Usted estudió en Cerro de Pasco?
Pasé un año en San Marcos, pero regresé. Allá había mucha inquietud por fundar una universidad. Y se hizo una en el 61, pero la coparon los comunistas y el Apra decidió cerrarla. Yo era presidente de la federación de estudiantes y convoqué a una marcha de sacrificio. Salimos el 23 de diciembre de ese año.

¿Cómo fue eso?
Los muchachos se opusieron. No querían marchar en Navidad. Solo nos juntamos trece y había desánimo. Pero, si no era entonces, no sería nunca. Al final, les dije que yo no quería llegar a viejo con vergüenza. Cómo iba a mirar a mis menores si ahora, que tenía fuerzas, no luchaba. Funcionó y salimos doce.

¿Y llegaron a Lima?
Caminamos seis días hasta Lima. Y el pueblo es testigo porque nos vieron en el camino. Hubo lluvias y tormentas y otros nos alcanzaron. Llegamos 31, deshechos y eufóricos. Fuimos al Congreso y nuestro grito estremecía la Av. Abancay. Y era bonito porque la gente nos apoyaba. Al final, los propios congresistas apristas nos prometieron la universidad para el 65. Y así salió la Universidad Daniel Alcides Carrión.

¿Desde cuándo se hace minería en Cerro de Pasco?
Comenzó en 1567, con los españoles. No lo va a creer, pero en las crónicas se dice que la plata estaba a flor de tierra, no había que cavar. Y, por eso, luego, vinieron ingleses, italianos, franceses, croatas, yugoslavos... Mi ciudad tenía más plata que Potosí. Al comienzo se llamaba Yauricocha, pero le pusieron Nuevo Potosí. El mercurio que traían de Europa no era suficiente para trabajar tanta plata y así nació la leyenda, como Cerro de Pasco. Los siglos siguientes fueron extraordinarios. Había muchos extranjeros que escribieron libros sobre la ciudad, que era cosmopolita.

¿Y los estadounidenses?
Llegó un geólogo norteamericano que advirtió a todos que la plata se acabaría y ofreció comprar las minas. Y todo el mundo le creyó. Además, la ley de minería del Perú era un regalo: ¡por propiedad denunciada se pagaba 15 soles al año! Y los gringos se hicieron dueños de todo en 1901. Pero el choque cultural fue enorme porque los europeos hacían vida común con nosotros. Los gringos, en cambio, se encerraban en sus campamentos.

¿Por qué la ciudad de Cerro de Pasco tiene un hueco gigante en medio?
Los gringos compraron la hacienda Paria, y cuando la municipalidad, en 1901, empezó a arreglar la ciudad, los gringos dijeron que ella les pertenecía. Ahí comenzó un lío que se ha hecho centenario. En 1908, los norteamericanos consiguieron un candidato para la alcaldía. Pero perdieron las elecciones, que fueron transparentes porque en esa época se votaba públicamente. Armaron una serie de trifulcas diciendo que había habido trafa, trajeron hombres de otros lados y apalearon al pueblo, hubo balacera, y el Gobierno, como siempre, estuvo del lado de los gringos. Hubo cinco muertos y centenares de heridos. Fue la noche más triste de mi ciudad, el 1 de diciembre de 1908. Hace cien años. Y, por eso, la mina está en medio de la ciudad.

¿Desde cuándo existe ese hueco?
En el 56 comenzó el tajo abierto. A toda hora están trabajando. A las 10 de la mañana y a las 3 de la tarde, con toda puntualidad, suena una alarma y las mamás que están cocinando agarran a sus hijos y salen porque les han dicho que, si se hunden sus casas, no es problema de la mina. Salen a la calle y viene la explosión y se levanta una polvareda enorme que inunda la ciudad con un olor nauseabundo. Si no se ha caído la casa, pueden volver. Pero ese polvo en el aire ya fue respirado por los niños. Es criminal lo que se hace con mi pueblo. Y, como soy escritor, tengo que contárselo al mundo. Ya pasó un siglo y el problema sigue. Mi pueblo es una tumba.

José Gabriel Chueca
César Pérez Arauco presenta su libro Filones de historia, relato novelado
sobre su querida Cerro de Pasco, ciudad a la que ha dedicado 10 libros de
historia y otros temas. La presentación es en el Instituto de Ingenieros de
Minas del Perú (Los Canarios 155, La Molina).


Fuente: Perú.21 (11/12/2008)

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